8 K DE MEMORIA
Tal como decía Jorge Luis Borges “ Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. Nada hay tan personal, tan subjetivo como la memoria. Y ella es el punto de partida sobre el que cada una de las componentes de Colectivo 20 65 reflexionan, para, finalmente, crear una obra con una visión crítica y personal. Y es de esta pluralidad de expresiones e interpretaciones de donde surgirá una exposición tan diversa, plural, heterogénea e interesante como los planteamientos de partida.
Paula Cabaleiro trabaja con el envoltorio, la
vestimenta, el espacio… trazando puentes entre lo real y lo ficticio. Ese juego
se evidencia, en ocasiones, como un enlace entre el tiempo presente y el tiempo
suspendido de la ruina, o alude al espacio privado como lugar donde
archivar prejuicios en esa visión personal en la que pone de manifiesto las
ideas de condicionamiento de género y clase social determinadas.
La poesía visual, en
la obra de Carmen Cabaneiro,
transmutará la Memoria en “Retorno a los cuatro elementos, a Heráclito, al
umbral del laberinto, a la salida del vampirismo voraz, de recursos naturales,
humanos y sociales”.
También la obra de Silvia Capelo hará un recorrido por la ruina, por el espacio, el
pasado, analizándolo desde su contexto histórico y social. Finalmente nos transportará a la infancia, a un universo de
recuerdos, de juegos infantiles vividos o soñados que compartimos en su
archivo.
La obra de Lidia Costa, basada en su experiencia
personal, hace referencia a su búsqueda y reencuentro con el pasado, con lo
efimero y determinante en su visión del tiempo presente que trasladará a
imagenes y sensaciones.
Basilisa Fiestras reinterpreta y archiva , con su particular visión y lenguaje, los objetos de su entorno
inmediato, dandoles una nueva identidad en la que se entremezclan el orden
físico y el desorden mental, lo público y lo privado en un dilatado proceso de
investigación.
Beatríz S. Saá se plantea en su obra cuestiones
sobre los límites entre la razón y la locura, tal y como apuntaba Albert
Einstein en su conocida frase “Estoy loco
yo o los locos son los demás”, y revisa los discursos sobre el género desde esta perspectiva.
Impaciencia absoluta de un deseo de
memoria. ¿Cómo llamar al archivo inscrito en el cuerpo? Recuerdos, titulares
difuminados por el transcurrir del tiempo mientras su huella en la memoria
permanece... Este será el punto de partida de Paz Vicente para poner de manifiesto su reconstrucción del pasado.
Por su parte, Magatzem 909 MC (Carolina Miranda Araujo) da forma a las
arquitecturas del archivo, a esos lugares donde se acumula el tiempo mediante
una serie de fotografías convertidas, por un instante, en su soporte físico.
La Memoria, diluida por el tiempo o fija e inmóvil en nuestro cerebro;
épica de lo cotidiano, poética de lo vivido, se conforma, en “8k de Memoria” a través de esa variedad
de matices.
“8K de Memoria”
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